Si te da por conducir una apisonadora… sólo hazlo habiendo bebido agua del grifo.

Primero la nota clavada con chinchetas en el tablón de corcho dedicado a informar de  las tareas diarias de mis empleados.

 Trabajo encargado a mi fiel empleado Pechuga de Pollo Mutante. Para ello debía de emplear la apisonadora de rodillo delantero de tres toneladas.
Lo malo, es que antes de montar en la máquina, se le ocurrió acudir a la taberna gallega del Percebe Errabundo…

 Sin darse cuenta, aplanó el camino, a la vez que despachurró a varios de mis visitantes. Entre ellos a:


 ¡Y sí! ¡Maldita sea! ¡A mí también me atropelló mientras iba camino del supermercado para comprarme una barra de pan para el bocadillo de chorizo de la merienda!


Tiempos difíciles para un licántropo norteamericano.

Tenía hambre. Su ansia desatada podía controlar su voluntad con suma facilidad. Su transformación era dolorosa. Cada dilatación de sus músculos, cartílagos y osamenta le hacía sumirse en una penitencia lacerante donde predominaba el deseo de convertirse por fin en la bestia. Sus sentidos se hacían más notables. Su agilidad se tornaba extraordinaria. Su fuerza era colosal. Y sus aullidos quedaban propagados a medianoche reclamando a la silueta lechosa de la luna en su fase de máxima plenitud su reinado sobre los seres inferiores de la noche.

Su alargado morro lupino ansiaba morder y masticar. Sus colmillos, excitados por la proximidad de carne humana, se separaban, abriendo las mandíbulas al máximo, con la baba corriéndole por el mentón.
Se movilizó por las calles al albur de las sombras. La ropa desgarrada se fue cayendo a tiras, hasta quedar su inmensa y desproporcionada anatomía desnuda. Su metamorfosis en hombre lobo fue completada. Su vacío y enorme estómago se contraía por la falta de alimentos.
El mundo estaba cambiando. Era ya demasiado moderno para él y sus congéneres. En las grandes urbes estaba implantado el toque de queda, y nadie se aventuraba a quebrantar tal orden por el inherente riesgo de ser encarcelado y torturado bajo el régimen totalitario imperante en la zona septentrional de los Nuevos Estados Unidos. Los únicos ejemplares nocturnos disponibles para el disfrute carnívoro eran los propios militares. Para tal contingencia, éstos estaban convenientemente equipados para rechazar cualquiera de los comportamientos predatorios del hombre lobo.
Así era simple cuestión de tiempo que su propia figura transformada sufriera las consecuencias de tan dura realidad.
Emplearon de carnaza a un joven recluta apostado en un control de la calle Brentson. Su apetito era tan inmenso, que fue en pos del soldado cara a cara, brincando sobre sus cuatro patas, avanzando metro a metro, dispuesto a saltar sobre su garganta y profundizar con los colmillos en la yugular, saboreando la carne y la sangre de su cuello. Justo en plena carrera hacia su víctima, de la calle adyacente surgió un vehículo blindado. Era una mini tanqueta con su cañón lanzallamas. Se vio sorprendido por el alcance de la llama, y para cuando quiso alejarse de allí, ya era una bola de fuego en combustión. Unos aullidos agónicos precedieron a su fulminante muerte.
Otro licántropo abatido a tiempo por las fuerzas del orden.
El soldado joven respiró aliviado.
La noche estaba siendo muy fructífera. Ya llevaban tres bestias exterminadas.
Los tiempos modernos estaban pudiendo con los seres más primigenios.
Estamos en el año 2050…

Disfraz de Halloween "made in Escritos de Pesadilla": Hombre Lobo Colono Norteamericano con Chorretones de Sangre Auténtica de Caimán Malayo. (Diseñado por Croqueta Andarina).

Un disfraz terriblemente zurcido por la polifacética Croqueta Andarina. Eso si, no hay tallas disponibles a partir de la XXXXL.


Si bebes, no conduzcas una apisonadora…

Primero la nota clavada con chinchetas en el tablón de corcho dedicado a informar de  las tareas diarias de mis empleados.

Trabajo encargado a mi fiel empleado Pechuga de Pollo Mutante. Para ello debía de emplear la apisonadora de rodillo delantero de tres toneladas.
Lo malo, es que antes de montar en la máquina, se le ocurrió acudir a la taberna gallega del Percebe Errabundo…
Sin darse cuenta, aplanó el camino, a la vez que despachurró a varios de mis visitantes…


¡Y sí! ¡Maldita sea! ¡A mí también me atropelló mientras iba camino del supermercado para comprarme una barra de pan para el bocadillo de chorizo de la merienda!

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El nuevo pluriempleo de Pechuga de Pollo Mutante: ¡Narrador de cuentos infantiles!

Increíble, pero cierto. Pechuga de Pollo Mutante cree que es insuficiente el euro y medio al mes que le pago de sueldo y en sus escasos ratos libres se ha buscado un empleo adicional con el cual permitirse algún que otro caprichillo en su visita mensual a la tienda de chucherías de la esquina.



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Humor gráfico terrorífico: "Balada Triste de Oveja".

Imagen en exclusiva para Escritos de Pesadilla, donde se observa el motivo por el cual el Hombre Lobo Eustaquio Del Peral nunca se come una rosca con las ovejas asilvestradas del Peloponeso. Aún estamos intentando averiguar la identidad del zombi ovejero para su posterior reeducación canibalesco hacia el gusto por los cerebros de los homínidos.




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Entrevistas con personajes conocidos del mundo del terror.

Entrevista de Pechuga de Pollo Mutante con el aterrador Monstruo de Hamsterein.





Pechuga de Pollo Mutante: ¡Malas y desagradables noches tanto a los chicos como a las chicas que visitan este lugar tan frío y desangelado! Ya le tengo dicho al jefazo que gaste algo más en calefacción, pero siempre me replica que bastante tenemos con el calorcito que emana de la lumbre de un cirio de cera de avispón, digo abeja, que aún estoy recuperándome de la picadura del otro día.

A lo que voy. Corresponde una nueva entrevista con un ser horrendo y terrorífico. En esta ocasión toca hacer la presentación de nuestro invitado. Señoras y señores, el muy conocido Monstruo del Doctor Hamsterein.

Monstruo de Hamsterein: Hola coleguita. Mejor me llamas Leandro Cogollo, que nací en un pueblecito muy cercano a las Bardenas Reales, en Navarra.
Pechuga de Pollo Mutante: Menuda noticia me das, nene. Según mis informes, debiste de nacer en lugares distintos. Porque el tal doctor Hamsterein, al que le debes la fama, utilizó varios cuerpos para unir diversas partes de ellos hasta formar una única unidad. Posteriormente te enchufó a varias baterías de coche del tipo Seta Panda, hasta crear vida en tu amorfa y fea anatomía mal zurcida.
Monstruo de Hamsterein: ¡Calma, tronco! No nací en varios lugares a la vez. Eso es una mentira cochina. Antes hay que contrastar los datos, eh. Mejor sería decir que fui recogido de diversas tumbas de un único cementerio. Y ese cementerio está  ubicado en el citado pueblecito donde tan orgulloso me siento, además navarrico hasta la médula.
Pechuga de Pollo Mutante: Aclarado el malentendido, prosigamos con la entrevista. Estuviste viviendo a cuerpo de rey a costa del doctor Hamsterein durante treinta años, hasta que los lugareños asaltaron el chalet adosado donde vivíais, linchando al pobre científico mientras tú te dabas a la fuga montado en una bicicleta infantil.
Monstruo de Hamsterein: Así fue la cosa. Muy chunga. Mal rollo me da recordarlo. Mi pobre papá colgado de la antena parabólica. Con la cara amoratada y los ojos salidos. Y que no se me olvide mencionar que se le quedó la lengua fuera como si les estuviera faltando al respeto a la concurrencia. Así era papá, un bromista hasta en la muerte.
Pechuga de Pollo Mutante: Por cierto. ¿Podrías aclararnos el motivo del odio que os profesaba el vecindario?
Monstruo de Hamsterein: Bueno. Llevábamos cinco años sin pagar los gastos de la Comunidad de Vecinos. Mira que les decíamos que estábamos a dos velas, pero no nos creían. Pensaban que ganábamos un pastón metiendo horas extras de vigilantes en un Centro Comercial. 

Pechuga de Pollo Mutante: Después de fugarte…
Monstruo de Hamsterein: Me fui derechito a Orio. Ahí me embarqué en un barco pesquero como aprendiz y ahora, pasados unos años de duro aprendizaje, me he convertido en un marinero de tomo y lomo.
Para que veas, te he traído un obsequio. Un pedazo atún de los mares del Sur. Todo para ti.
Pechuga de Pollo Mutante: ¡Oh, no! Odio el pescado. Me produce alergia. Malestar estomacal.  Quedo muy agradecido, pero mejor que se lo ofrezcas al cocinero Bogus Bogus.
Monstruo de Hamsterein: ¡Qué cocinero ni qué leches! Esto hay que comérselo al estilo japonés. En estado crudo. Ya verás lo bueno que está. Venga, abre esa boquita de piñón que tienes…
Pechuga de Pollo Mutante: ¡No! ¿Pero qué hace, desgraciado? NO ME ABRA LA BOCA A LO BESTIA, PEDAZO DE BURRO.
Monstruo de Hamsterein: Así, así. Mastícalo a conciencia. Te costará un poco, porque es una buena pieza de cinco kilos.
Pechuga de Pollo Mutante: ¡bufff…! ¡ñam-ñam! ¡gronfa-gronfa! ¡uy…! ¡burp…!

Minutos más tarde, una vez finalizada la entrevista:

Pechuga de Pollo Mutante: ¡Ay, ay! ¡Qué malito estoy y lo mucho que me quejo! No puede ser. Maldito atunazo el que me ha regalado el ceporro ese de Hamsterein, que me ha hecho de zampar hasta la cabeza, las aletas y las tripas…
Bogus Bogus: ¡Hombre! ¡Pechuga! Hoy estás de suerte. Por fin me he decidido a cocinar un plato muy especial. FILETAZOS DE ATÚN A LA PLANCHA.
Pechuga de Pollo Mutante: ¡QUEEEEEE…!

Pechuga de Pollo Mutante: ¿Pero a dónde vas, Bogus Bogus? Mira que te estoy sugiriendo un plato para la cena de esta noche: PIRAÑA SUPERMUTANTE DEL RÍO TANGANIKA RELLENO DE COCINERO BOCAZAS.
Bogus Bogus: ¡Nooo! ¡Ya te vale, Pechuga! Que ese pez debe de estar podrido. No me sirve. Te juro que no me sirve para la cocinaaaaa….


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