Infaustas andanzas de Croqueta Andarina en su preparación hacia las Olimpiadas de Salem.

Asistiendo a los exigentes entrenamientos diarios de Croqueta Andarina.

No hay ni medio día de descanso para la pobre…

No hay nada como recibir la lejana visita de un pariente para entrenar con más ganas.

Todos los entierros siempre son tristes, buaaaa…


No queda otra que levantar el ánimo a Croquetita.

Si te da por conducir una apisonadora… sólo hazlo habiendo bebido agua del grifo.

Primero la nota clavada con chinchetas en el tablón de corcho dedicado a informar de  las tareas diarias de mis empleados.

 Trabajo encargado a mi fiel empleado Pechuga de Pollo Mutante. Para ello debía de emplear la apisonadora de rodillo delantero de tres toneladas.
Lo malo, es que antes de montar en la máquina, se le ocurrió acudir a la taberna gallega del Percebe Errabundo…

 Sin darse cuenta, aplanó el camino, a la vez que despachurró a varios de mis visitantes. Entre ellos a:


 ¡Y sí! ¡Maldita sea! ¡A mí también me atropelló mientras iba camino del supermercado para comprarme una barra de pan para el bocadillo de chorizo de la merienda!