Robert, “El Maléfico”: Bueno. El primer capítulo de la nueva serie “gore”, “Misiones Sangrientas”, ha sido un exitazo total. Cuota de pantalla del 97%. El minuto más visto tuvo lugar en el instante que las mascotas dejan el local de la Asociación de Obesos Insaciables hecho un asquito. Se calcula que cien millones de televidentes a nivel mundial vieron esos sesenta segundos de oro sin pestañear, hipnotizados ante la sangre, vísceras y adiposidades de los clientes esparcidos por las paredes y los suelos del gimnasio y del spa.
En espera del segundo capítulo, hubo un dilema entre los espectadores pasivos que asistieron desde la distancia de sus aparatos de plasma con TDT incorporado: ¿Cómo conseguimos encauzar al temible Oso Pardo del Parque Yellowstone hacia el lugar indicado? Mejor dicho, ¿cómo se las arregló mi empleado Harry para que tal cosa sucediera?
Recordemos que el citado oso estaba hibernando apaciblemente en su osera, roncando con notable poderío pulmonar.
La respuesta la tiene Harry:
Harry: Bueno, jefe. La realidad es que ya dimos la respuesta a esa cuestión en el propio episodio, cuando presentamos al Oso Pardo.
Robert, “El Maléfico”: Es cierto. Ya se mencionó lo del cactus. Pero la gente se muere por saber cómo te las arreglaste para sacarlo de su fase de hibernación sin lastimarte.
Harry: Ah. Nada del otro mundo. El cactus lo mandé por mensajería express, con entrega directa al destinatario. Ja, ja.