¡Gracias a Conejito Zombi, cenamos una vez cada medio año!

Es triste el tener que reconocerlo como Jefe Supremo de mis dominios malignos, amén como administrador principal y único de Escritos de Pesadilla: la Crisis que azota a los seres mortales, también nos ha alcanzado a nosotros, criaturas de podrida y nauseabunda vida eterna. Pasamos días y días sin poder probar bocado, noches de insomnio sin degustar un buen vaso de vino tinto en tetra brik, semanas sin deleitarnos con la bollería industrial, meses comiéndonos las uñas de los pies tratando en vano de engañar al estómago. Si no fuera por la colaboración desinteresada de Conejito Zombi en nuestra más reciente visita semestral al Hipermercado El Goloso Delgado, esta noche volveríamos a pasar hambre…