El egoísmo arraigado,
exacerba nuestra impaciencia ante el hecho más insignificante,
tornándolo en el mayor de los desastres personales.
Sin embargo, a nuestro alrededor, quizás a unos pocos metros de distancia, otras veces en la lejanía,
el dolor más absoluto tiene lugar.
En ese caso se aplica la máxima de “cuando sin rostro, no hay lágrimas”.
Cuantos hay así y se pasa de ello, ni tan siquiera se mira o se quiere entender.Hoy te nos has puesto filosófico y poético, sensible, me gusta. Saludos de lo + cordiales..
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hoy ya no como.
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Hoy comienza la fase final del Certamen de relatos cortos “Paseo por Sotosalbos” por lo que os pido que os paseis por aqui: http://www.tonymonton.net/sotosalbosvive/2011/03/votaciones-definitivas.html y me echeis una mano, en la columna derecha del blog estan los relatos participantesEl mío es “Cruce de caminos”, por lo que os agradeceré eternamente que sea ese el que voteis.Un millón de gracias.
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Hola, Maric. Bueno, llevo una temporada meditabundo y melancólico.Recibe un fuerte abrazo, y gracias por dejar tu bonito comentario. 🙂
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DDmx, bueno, a lo mejor así iniciamos una dieta de cara al verano, para así no lucir las lorzas de la barriga, ja ja. Un saludete. 🙂
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Hola, Jose Antonio. El la respuesta a tu comentario lo hago bastante tarde. Decirte que voté tu estupendo relato. Un abrazo desde Escritos. 😉
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