Escribiendo un relato de terror con la ayuda de mi sobrino Gurmesindo



Ejercicio literario a dúo entre mi sobrino Gurmesindo y un servidor.
Robert:              Entre escena y escena de la súper producción que estamos realizando para A Cuchillada Limpia Productions, nos tomamos un pequeño receso. Por cierto, me acompaña mi querido sobrino Gurmesindo. 
                              “¿Cómo estás chaval?
Gurmesindo:  Estoy hasta las narices de tener un tío tan plasta como tú. Ya podría estar el Freddy Krueger por aquí para animar algo el cotarro.
Robert:                Ya que estamos un pelín aburridos, podríamos divertirnos haciendo algo novedoso.
Gurmesindo:      ¿Cómo qué? ¿Dar de comer a los coyotes?
Robert:                 Un ejercicio literario. Podemos improvisar entre ambos un relato de terror. Yo escribo un párrafo, luego continúas tú, yo nuevamente y tú lo rematas al final. Así veríamos qué tipo de pieza nos sale.
Gurmesindo:       Menuda tontería. Lo hago por darte el gustazo de vez en cuando, pero que sea breve, eh, que luego quiero pasarme siete horas delante de la tele jugando con la videoconsola.
Robert:                 Muy bien. Como te he explicado, inicio yo el relato…
Robert:                La quietud de la estancia contrastaba con la tensión registrada en el rostro atribulado de Amadeus Dorf. En el suelo descansaba el cuerpo fláccido e inerte de su amada. Era Sonia Stress, ataviada con su camisón largo de seda fina. Su semblante demostraba una petrificación espantosa, como si antes de morir hubiera presenciado una escena funesta y escalofriante.
Gurmesindo:      Sin duda, querido tío, esto ocurrió porque mientras la tía buena veía la tele, un zombi hediondo de metro noventa se coló por la puerta abierta de la cocina. El dichoso zombi avanzó más lento que un caracol por el pasillo principal y se presentó ante la niña pija esta de Sonia Stress, chasqueando las mandíbulas y enseñándole el dedo índice de la única mano que tenía. La debilucha de Sonia se quedó de piedra cuando el muerto viviente se puso a hablarle con voz ronca y descoordinada:
                           – Tú tener cuerpazo para quitar el hipo. Pero yo sólo querer tu jugoso y sabroso cerebro…
                           Fue entonces cuando la tal Sonia la palmó de un patatús.
Robert:             Esto…
           ” El señor Amadeus Dorf quedó indignado al descubrir el cuerpo sin vida del ser más querido y adorable conocido por él en toda su vida. Pasada la consternación inicial, recogió la espada que adornaba una de las paredes del salón, acabando con la existencia irracional del monstruo resucitado en contra de sus creencias religiosas. Aún así se aseguró de cortarle la cabeza con un certero tajo.  Conforme la hemoglobina del no muerto impregnó las paredes y la alfombra que cubría el suelo de mármol, Amadeus se marchó del escenario cargando sobre los brazos el cuerpo de la fallecida. Precisaba de un lugar más íntimo donde poder velar por su estimada Sonia, y este no fue otro que el sótano de la vivienda.
Gurmesindo:   Ahora es cuando Amadeus está llorando a moco tendido y pillándole de sorpresa, se resquebraja el suelo del sótano. Se forma un hoyo y desde sus profundidades emerge el zombi horrendo de la primera mujer, pues el muy listillo se había casado con anterioridad. Una tía tremendamente gorda sale arrastrándose sobre las palmas de las manos. Está de mala uva, porque se había enterado que Amadeus se había prometido con ella por su pasta, para luego asesinarla con cicuta. Así que esta es la mejor ocasión para vengarse. Se echa encima del Amadeus y lo tumba contra el suelo, aprisionándole con su sobrepeso. Su cara es merecedora de participar en el concurso mundial de zombis más feos de toda la historia del cine, y el pobre Amadeus, antes de recibir el primer mordiscazo en toda la mejilla derecha, se le encoge el corazón y muere en menos de dos segundos. Fin.
Robert:            Esto, el final es algo impresionante. De lo malo, quiero decir.
Gurmesindo:   Bueno, tú sigue soñando con publicar dentro de un siglo una novela que duerma hasta a los murciélagos cuando están en pleno vuelo nocturno, que yo me voy a jugar a la play un rato. Acabo de comprarme la última versión de Residente Devil 9.


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4 comentarios en “Escribiendo un relato de terror con la ayuda de mi sobrino Gurmesindo

  1. Felicitaciones por este buen relato -dueto- con tu querido sobrino Gurmesindo. Muy bien hilado, me ha llamado la atención que de la tía buena sólo quisiera su “sabroso” cerebro. Enhorabuena y que tu sobrino disfrute del Residen Evil 9. Saludos

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  2. Gracias, Anrafera. Lástima que mi sobrino no ande cerca para trasladarte su propio agradecimiento a tan nobles palabras…- ¡Hombre! ¡Si ya está el pedorro de mi tío diciendo chorradas!Vaya, Gurmesindo. ¿No ibas a jugar nueve horas seguidas con la playstation 5?- ¡Bah! Me ha defraudado el juego de Residente Devil 9. Me ha resultado demasiado facilón. Si me lo he terminado en tres horas. Ya que estás aquí, no estaría de más que le dieras las gracias a Anrafera. Le ha gustado nuestro relato compartido y…- ¡Muermos de tíos que sois! ¡Tú y tus amigotes! Por eso no quiero llegar a ser mayor. Aún así, gracias y visita otros lugares más interesantes, donde no haya un plasta como mi tío empeñado en que todos le lean sus relatos de chichinabo.Bueno… Mejor que te vayas ya, querido sobrino, que estás poniendo en evidencia mi autoridad.- Nada, que me voy al bar de la esquina a por una caña y unas tapas de cocodrilo ahumado…En fin, Anrafera. Ya ves con lo que tengo que lidiar. Un fuerte abrazo, y hasta la próxima.

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  3. Interesante receso en esta superproducción ( a todo esto…que siga pronto que lo de la lepra americana me tiene aterrada!!!)Aunque yo creo que el mayor terror de todos es la convivencia con adolescentes!De paso…¿le podrías decir a tu sobrinito que me avise donde encontrar el resident 9? Que yo no tengo sobrinos, pero sí hijos que me comen a mí el cerebro con la play!!!!Besos y hasta el próximo capítulo de La sacudida…

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  4. Hola, Leny. No me hables de este sobrinete, que se me tiñe la piel de verde oscuro mala cosa. El aguante que hay que tener con él. Y menos mal que también tengo al resto de los empleados para que los chinche un poquito, si no sería para hacerse el harakiri.Y el mocoso es listo. Nada más verlo publicado, me pidió ya su parte proporcional de derechos de autor.En fin. Eso si, a lo mejor más adelante hacemos otro nuevo relato a dúo, a ver qué sale, je je.Y nada, a seguir con la producción de la peli. Un fuerte saludo, compañera.

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