Bueno, en Escritos de Pesadilla tenemos nuestro Santa Claus particular. Odia los niños y le encanta cortar alguna cabecita que otra de quienes se han hecho merecedor de algo más que el carbón por su mal comportamiento durante el año.
Con ustedes, nuestro Santa Claus Sangriento.
¡Sangre, sangre! Ja ja.
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Así los críos se lo pensarían mejor antes de portarse mal… La letra, con sangre entra, jejeje.
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¡Ja, ja! Y ¡Cabeza, cabeza, cabeza!Bienvenido, Curly, y gracias por opinar acerca de la ilustración nada académica de Santa Claus. 🙂
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¡Hola, Miguel Yonacienelsigloxx! Efectivamente. Ahora los críos están perdidos por la flojedad de ciertos padres, que les dan de todo sin ganárselo con el esfuerzo y los buenos modales. Te lo digo yo, que trabajo en la entrada de sala de ventas de un híper, y no veas cómo mandan los mocosos. ¡Y con una falta de educación con los padres, que vamos, a nosotros nos daban más que una colleja por decir una palabrota siquiera sin saber lo que podía significar!Un saludete. Y a pasar un buen lunes festivo (eso espero). ;P
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