Memorias de mi infancia. El ataque del zombie maléfico.

Bueno, con tantos calores, hoy no tengo muchas ganas de teclear en el ordenador. Así que para amenizar algo este domingo, os contaré una anécdota ocurrida en el transcurso de mi infancia. Se trata de mi primer contacto o encuentro con un zombie. Uno malote. Feo. Hediondo. Pútrido a más no poder. Sin venir a cuento, y a mi tierna edad de nueve añitos, este bicharraco se las ingenió para colarse en casa y darme un sobresalto de aúpa. En su momento, esa visita la detesté un montón. Pero conforme tuve más incidencias macabras que consiguieron traumatizarme hasta convertirme en lo que soy ahora, el dueño malvado del castillo de Escritos, actualmente la observo desde la lejanía del tiempo como un hecho divertido.
Por cierto, el zombie acabó en su huída atropellado por una máquina apisonadora, pues en ese momento estaban asfaltando la calle…

Lo que sigue a continuación es la escena recreada, pues en aquella época no existía ni el sello de correos. Los actores son:

Sobrinito Gurmesindo (haciendo de Robert “El Maléfico” a la edad de 9 años).
Edelmiro Patxutxoboitia (zombie seguidor del Portland San Antonio, que aún no se ha enterado que hace tiempo que el equipo ha cambiado de patrocinador, haciendo de zombie propiamente dicho).
Guionista: Robert “El Maléfico”.
Director: Robert “El Maléfico”.
Ayudantes de producción: Dominique, Harry y Bogus Bogus a regañadientes por la reciente bajada de sueldo a raíz del atraco del otro día.
Chica de la claqueta: Croqueta Andarina.
Supervisor de Seguridad: Pechuga de Pollo Mutante (su misión consiste en impedir que los fogosos admiradores presentes durante el rodaje se acerquen para intentar fotografiarse y pedir autógrafos a los miembros del equipo).

Y la escena quedó así de requetebién.

(Clicar en la tira cómica para verla más grande)


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4 comentarios en “Memorias de mi infancia. El ataque del zombie maléfico.

  1. Jejeje, hasta los zombies están obsesionados con el mundial, si es que tanto fútbol no es bueno… Al final acaban obsesionados y no hay quien los pare, van por ahí corriendo como locos detrás de un balón (¡los zombies claro!).Y por cierto, también es una triste realidad eso de “mis padres me lo regalaron por mis diez suspensos”… Ahora eso ocurre mucho, con muchísima frecuencia. Ellos creen que hacen lo correcto.Muy buena viñeta y el blog en general, saludos 😀

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  2. ¡Hola, Cendrero! En primer lugar darte las gracias por la visita y por el comentario.Efectivamente, este zombie estaba demasiado obsesionado con el mundial, ja ja. Aunque habrá que reconocerle que tiene un buen estilo controlando el esférico…Y lo que apuntabas sobre lo excesivamente mimados que están los críos hoy en día, decirte que es una verdad como un templo. Se regalan playstations a puntapala con tal de que estén entretenidos, etc, etc, sin relacionarse en la calle, jugando a la antigua usanza. Ya veremos qué sociedad nos depara el futuro. Porque vivir en una burbuja acarrea consecuencias negativas. Piensan que están en los mundos de yupi, y luego cuando viene la vida pura y dura, donde no siempre todo tiene que ser felicidad perpetua, se nos vienen abajo como corderitos balando de una manera patética. Te lo digo yo que trabajo cara al público, y veo lo mimaditos que están con sus papás, je je.Un fuerte saludo y una sonrisa terrorífica para dar el pegote, que estamos en Escritos de pesadilla, ja ja, no en la biblioteca municipal. 😛

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