Un vampiro para mi sobrino (A vampire for my nephew).

Bueno, tras una semana concentrado en un relato algo largo, nos damos un respiro y retomamos las historias cortas y plenas de emociones fuertes. ¿Qué os parece una de vampiros? Aunque en esta ocasión, se trate de un  ser nocturno sediento de sangre fresca un poquillo decepcionante,  ja ja. Buen provecho, y que lo disfruten.

                 – Erny. Eres de lo que no hay hoy en día. Un amigo de verdad. De los de uña y carne.
                – Para eso están las verdaderas amistades, Luke.
                – Me alegra un montón saberlo. No veas del apuro que me sacas. Sólo van a ser veinticuatro horas.
                – Si hubieran sido cincuenta, tampoco me hubiera importado. Ya sabes que vivo solo y estoy aburrido como una ostra todos los días. Desde que el estado me expropió las tierras, sólo me queda la vivienda y la puñetera pensión de las narices, que sólo da para comer sardinas en lata.
                – Bueno. Pero olvídate de consumir comida enlatada durante la visita de mi sobrino.
                – Ja, ja. Si, va a ser un buen cambio. Pero no te preocupes, que cuando era joven, la carne siempre la pedía poco hecha.
                – Ay, colega. Ya verás la alegría que se llevará Johnny al conocerte asumiendo el papel de vampiro.
                – Si, aunque ya sabes cómo son los chicos actuales. Resulta raro que le hayas convencido de estar viviendo al lado de un vecino que es un vampiro.
                – Hombre, tiene siete años. Y le he comido el coco siempre que hemos hablado por el teléfono. Finalmente, mi hermano, que es su padre, se ha aburrido del tema, y piensa que enviándomelo, se llevará una gran desilusión al ver que eso es falso. Que yo quedaré encima mal y así no se me ocurrirá inventarme más historias que distraigan la lógica mental del niño. Vamos, esa frase final me lo dijo su padre. Que yo las palabras, ya conoces que las manejo lo justo.
                – Pues nada, Luke. Todo saldrá de perlas. Ya verás lo tronchante que será cuando tu sobrino vuelva a casa y le diga a tu hermano que el vecino era un aterrador chupasangres, ja-ja.
                “Bueno, cuando llegue, me das un toque y me pongo el disfraz y empiezo la actuación. Hasta luego, muchacho.
                – Hasta pronto, Erny. Y nuevamente te lo agradezco. Eres la leche.
                – Mira, Johnny. Ya está anocheciendo. Pronto verás al vecino por los prismáticos. Es su hora.
                – Si, tío Luke. Los vampiros están despiertos de noche y duermen de día.
                “¡Jolines! Ya lo veo. Está caminando delante de las ventanas.
                – Espero que no nos esté observando. Podría querer hacernos una visita.
                – ¡No, eso, no! ¡Que se quede en su casa!
                – Dime cómo va vestido el caballero. Que yo no lo puedo apreciar desde la lejanía, y tú eres quien tiene los prismáticos.
                – Lleva un traje oscuro, casi negro. Con montones de collares colgando del cuello.
                “¡Caray! Ahora está mirando de frente.
                – Como descubra que estás fisgoneando, te morderá en el cuello antes de que puedas volver a casita con tus padres.
                – No. No creo. No me está mirando a mí. Está mirando por la ventana hacia fuera. Parece fijarse en el cielo. Tiene la cara muy pálida. ¡Y las manos también! Ahora se marcha. Sale de la habitación en que estaba.
                – Esto se está poniendo muy emocionante, Johnny.
                – Yo le sigo con los prismáticos.
                – Eso, que no se te escape.
                “Veo una especie de silueta a través de la ventana de la cocina de la casa.
                – ¡Gracias, tío Luke! Está en la cocina. Veo cómo se acerca al frigorífico. Está abriendo la puerta y…
                – Es terrible todo cuanto dices. Casi estoy temblando de terror.
                – Saca… ¡Ha sacado un filete del frigo y se lo está comiendo crudo!
                – Narices tiene la cosa. Claro, si la carne está cruda, siempre le quedará algo de sangre. Siendo el vecino un vampiro, y si no hay nadie cerca a quien morder para chuparle la sangre, tendrá que conformarse con el chuletón, je-je.
                – Sí, tío. Pero no lo está chupando. Ya te digo que se lo está comiendo. Y con muchas ganas.
                – El pobre, que además tendrá hambre…  Cuando el estómago mete ruido, hay que llenarlo para que se calle.
                – Ahora deja medio filete sobre la mesa y se dirige otra vez al frigo.
                – ¡Jesús! ¿Qué buscará ahora este vecino tan peculiar?
                – Ha cogido una jarra del frigo. Y ahora un vaso de cristal, de esos grandes. Se ha sentado frente a la mesa y… ¡Qué pasada, está sirviéndose algo muy rojo!
                – Ya te puedes imaginar, que si es rojo, lo que se estará bebiendo el muy tunante.
                – ¡Sangre! ¡Tío Luke, el vampiro está bebiéndose un vaso de sangre fresca!
                – Ja, ja. Querrás referirte a que estará muy fría, porque si la tiene guardada en el frigorífico en una jarra de servir, vete a saber desde cuándo la obtuvo.
                – ¡Puajjj…! Se la ha bebido de un tirón y no se limpia los labios con la servilleta. Tiene la boca sucia llena de sangre.
                – Lo suyo no son los modales a la hora de estar a la mesa, ya se ve.
                – Ahora se levanta y abandona la cocina… Ya lo he perdido.
                – Bueno, Johnny, ya has visto las costumbres del vecino. Me imagino que estarás convencido de lo que es en realidad.
                – ¡Un vampiro!
                – Así es. Ahora dejémosle tranquilo, que está en su hora más propicia de poder hacer el mal a alguien, y mañana en cuanto despunte el sol le haremos una visita, que estará durmiendo como un bendito y a nuestra merced.
                – ¡Eso! ¡Eso! ¡Qué chulo poder verle mañana de cerca, aunque esté dormido!
               
                – ¿Qué tal ha sido mi actuación como vampiro aficionado?
                – ¡Genial! ¡Johnny se lo ha tragado! Piensa que eres un sucesor del conde Drácula en potencia.
                – ¡Fantástico!
                – Toma esta coca cola fresquita, que te la has ganado.
                – Sí, y en cuanto me la beba, me quito el maquillaje y estas ropas tan pesadas. Que estoy sudando a mares.
                – Si te lo bebes de un tirón, se te quitará la sensación del calor en un instante.
                – Mmmm… Está muy buena, aunque le noto un sabor algo rarillo. ¿No le habrás metido algo de whiskey, eh, bandido?
                – Bueno, para serte sincero, Erny, lo que te acabas de beber llevaba una cajetilla entera de Valium.
                – Abramos con cuidado el ataúd, que la tapa pesa bastante, Johnny.
                – ¡Pero tío Luke, si el vampiro está tumbado en la bañera y cubierto por una manta!
                – Bueno, será que es un vampiro pobre y no le llega para un ataúd como Dios manda.
                “Vamos a descubrirlo.
                – ¡Jolines, de cerca es más feo y da mucho más miedo!
                – Mírale la dentadura. Algo muy puntiagudo le asoma por los labios.
                – ¡Dientes de Vampiro!
                – Los colmillos. Con eso muerde como un perro rabioso y chupa la sangre de sus víctimas.
                – ¡Muy malvado! ¡Pero es un vampiro, tío! ¡Tiene que ser así de malo!
                – Dices muy bien, Johnny. Pero ya sabes que hay una manera de impedir que siga causando daño a las personas buenas y honradas.
                – Sí. ¡Clavándole una estaca en el corazón!
                – Así es. Nosotros no tenemos una, pero sí unos cuantos punzones, el martillo y el serrucho para cortarle la cabeza y así luego no regrese del más allá para vengarse.
                “Ahora apártate un poquillo, que no quiero mancharte con las salpicaduras de sangre.
                – ¡Tío! ¡Que el vampiro se despierta! ¡Acaba de abrir los ojos!
                – ¡Dios Santo! Entonces habrá que cambiar las reglas.
                “Primero empezaré cortándole la cabeza con el serrucho…
                ¿¡QUÉ HACES, LUKE!? ¿Qué hago en la bañera con las manos y los pies atados? ¿Y esa sierra? ¿Y el puto crío qué pinta aquí?
                – Tío Luke. Me da mucho miedo cómo grita el vampiro.
                – Tienes razón, Johnny.
                “Unos segundos más y dejarás de oírle gritar… Te lo prometo yo, que soy tu tío.
               
                


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8 comentarios en “Un vampiro para mi sobrino (A vampire for my nephew).

  1. Hombre, Mar, lo del ladrón, vale, ahí me has pillado, pero lo del vecino. Si se llevaban bien. Lo que pasa es que Luke no quería quedar mal con Johnny, así que al final se le fue un poco la mano con la representación del infortunado Erny, je je.Un saludete. 😉

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