Rincones simbólicos y extraños: La colina de las cruces en Lituania.

Es un pequeño montículo ubicado a 13 km. de la ciudad lituana de Siauliai. Según se sabe, la tradición de colocar cruces data desde hace bastantes siglos, siempre cuando el pueblo lituano estuvo oprimido y se rebelaba en las guerras contra sus enemigos. Así hasta la época más cercana, donde el régimen de Moscú quiso en infinitas ocasiones hacer desaparecer la colina al considerarla un enclave simbólico de la resistencia lituana en contra de la imposición comunista. Pero sus intenciones finalizaban siempre en fracasos, pues si aplanaban la colina con el paso de bulldozers, a las pocas horas volvían a surgir cruces anónimas que desafiaban a la dictadura. Finalmente, tras una década de lucha por la supervivencia simbólica del lugar, La Colina de las Cruces fue dejada en paz de una vez, acumulándose ya sin cesar, desde 1985, miles y miles de cruces y demás ornamentos religiosos católicos, dotando a la zona de un cierto aire místico que atrae a miles de turistas que se acercan a la colina como parte de su recorrido por el país. 



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Lugares de la Norteamérica ¿embrujada?: La Casa de las Cruces

Hasta hace doce años, en la ciudad de Chicago existía una casa llamativa para los visitantes y habitantes de la propia localidad que a lo mejor frecuentaban la zona donde se hallaba situada por primera vez. Era la Casa de las Cruces (House of Crosses). Viendo las imágenes, se puede uno pensar que era un lugar encantado, la vivienda de algún fanático religioso o de un asesino en serie. Nada más lejos de la realidad. Era el hogar de Mitchell Szewczjk. Su afición fue crear cruces adornadas con otros elementos decorativos tales como escudos y placas de taberna en homenaje a actores famosos de Hollywood y de la vida misma: estaban los nombres de Bing Crosby, John Wayne, Rodolfo Valentino, Tarzán, el Papa, el Zorro, etc… Poco a poco fue colgando todas estas cruces de distintos tamanos y colores conforme las creaba, hasta cubrir por completo la fachada frontal de la casa y parte de los laterales de la misma.
Contempladas las fotos a primera vista, y si se acompañara de un artículo imaginativo donde apareciese alguna leyenda o historia de terror, podrían ser asumidas como parte verdadera del texto en cuestión. Pero afortunadamente era un hobby del que debía disfrutar el señor Szewczjk en sus ratos libres. Empezó con la primera cruz adornada por el año 1979 continuando hasta los comienzos de los años 90, en que por enfermedad tuvo que dejarlo. A finales de esta década intentó vender la vivienda en vano, para finalmente ser demolida.
Un lugar curioso, sin lugar a dudas.


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