Llevo una temporadita que no doy respuesta a los comentarios dejados por mis lectores e igualmente en los directorios donde tengo compañer@s blogueros. Reconozco que me estoy dejando arrastrar por cierta pereza, aunque a veces ya no llego a tanto como me gustaría. No tengo excusas. Como administrador, les aseguro que valoraré todos los comentarios dejados en este próximo fin de semana. Para resarciros a todos de esta falta de tacto super gordo por mi parte, os dejo una versión muy personal de un relato cortito de ciencia ficción que ya ha sido publicado un par de veces en Escritos. En esta ocasión viene acompañado de ilustraciones gráficas del nene, intentando darle un aire de cuento infantil, aunque de esto último tiene muy poco.
Espero que os guste.
Robert, si que logras asustarme casi igual que las bombas de uranio empobrecido que los yanquis arrojaron en Irak y Afganistan y la OTAN en Libia.Saludos.
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Un charco radiactivo, eso lo explica todo… e iba comiendose a todo lo que se acercaba a beber. ¡¡Buen relato!!
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Estupendo relato, Robert…e Ilustrado!…dichoso charco radiactivo!Saludos.Ramón
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Gran relato con un curioso protagonista. Hasta los charcos pueden ser peligrosos hoy dia xDSaludos de nuevo. Da gusto pasarse despues de mucho tiempo y ver que sigues como siempre.Que la pereza no te acompañe!! xDP.d.:lo se, despedida “mu friki” xDD
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Robert, buen relato de mieeedoo. Y muy propio para estos días de debate sobre la energía nuclear…Por cierto pasate por mi blog: tengo el premio de Guionista Reflexiva para tí. Un beso y saludos a BogusBogus.
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Hola, LoboViejoVerde. Ciertamente, el hombre está poniendo al límite su existencia. Un día, el planeta se aburrirá, y hala, nos pasará igual que a los dinosaurios. Del homo sapiens engreído no se sabrá nada en el futuro…
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¡Hola, Nerea! Es un relato corto, pero uno de los que más cariño le tengo. En esta ocasión, acompañado de las ilustraciones. ¡Gracias por tu felici! 🙂
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¡Qué tal, Anrafera! Eso pasaba con un charco. Imagínate con un río. Un fuerte abrazo. :)!!!!
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¡Hola, GreyMan! Es un honor tenerte de vuelta por el castillo. Aunque reconócelo, se te ve el cabello sin tanto color. Vas a tener que teñirte las canas que te surgen con los sustos que te proporcionamos, je je.Un fuerte abrazo, y que al cruzar el paso de peatones, no te atropelle Snoopy montado en triciclo, ja ja.
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¡Gracias, Meg! ¡Muac! ¡Muac! Y más procediendo el premio de una pelirroja. Estoy que no concilio el sueño en siglo y medio, ja ja.
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