Es un miércoles 25 de agosto del espeluznante año 2010.
En un momento de confusión, justo cuando mi ilustre mayordomo Dominique estaba durmiendo su minisiesta nocturna de dos minutos, se nos cuela un personaje nefando:
LUISETE BARRIGUETE, uno de los miembros de la tierna y almibarada serie de dibujos animados de Los Osos Amorosos Orondos.
En ese preciso momento, yo, Robert “El Maléfico”, me encontraba ensimismado en mis pensamientos pérfidos, cuando fui asaltado vilmente por las malsanas intenciones de tan aviesa criatura.
Robert “El Maléfico”: ¡Diantres de cosa sonrosada y redonda cual bola de queso holandés! ¿Quién eres y cómo es que andas paseándote por los recovecos de mi castillo?
Luisete Barriguete: ¡Uyyy…! ¡Cuchi, cuchi…! ¡Soy Luisete Barriguete, de los Osos Amorosos Orondos! Vengo a impartir un cursillo de cariñito y amorcito hacia nuestros semejantes. Enseñaré la mejor manera de aplicar achuchones y abrazos a diestro y siniestro. ¡Cuchi, cuchi…! ¡Qué todos somos una monada de seres tiernos y bondadosos, señor Robert!
Robert “El Maléfico”: ¡Vale! ¡Tienes toda la razón del mundo! ¡En Escritos de Pesadilla precisamos de un cursillo de esa temática tan ñoña! Anda, pasa majete a esa habitación, que es donde te están esperando los que se han apuntado al curso.
Luisete Barriguete, miembro de los Osos Amorosos Orondos, entra completamente confíado en que sus alumnos van a ser la mar de receptivos ante sus consejos amorosos.
¡Craso error, porque dentro de la sala, tengo al comité de empresa que representa a los zombis deliberando si se acogen a una huelga general por escasez de cerebros en los últimos setenta años! Y claro, sucede lo que ha de suceder cuando una reunión tan importante es interrumpida por un espontáneo tan apetitoso…
Luisete Barriguete: ¡NOOOO…! ¡Socorro! ¿Qué he hecho para merecer esto?
Mientras, la puerta queda cerrada a cal y canto.
Media hora después, tras una retahila de mordiscos y eructos varios…
Robert “El Maléfico”: ¡Perfecto! Los miembros del comité de empresa de los zombis de Escritos han considerado realizar servicios mínimos durante el período de huelga en vista de que se les ha provisto de un jugoso y suculento cerebro. ¡Desde aquí mismo animo a que más Osos Amorosos Orondos visiten el castillo! ¡Les aseguro que serán recibidos con todos los honores! ¡Y con un montón de cariño, jua, jua…!
Juer. Robert si es que los matas de hambre! Pobrecito oso amoroso.BesosNela
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hola maestro! tanto tiempo verdad? oye es un peligro ahi todo tiro es cerebro jajajajaja felicidades Robert te dejo mis saludos Despe
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Robert pobre oso amoroso pero es que los zombis quizás no han probado los corazones de caramelo igual cambian la dieta de carne por el dulce y el próximo oso amoroso les haga cambiar su dieta, un abrazo
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Ay que triste detino el del pobre Oso Amoroso… pero en din el se lo busco, que quieres que te digamos.
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Me ha gustado la historia, me ha hecho reir. Pero como mi mini-yo (mi mente, que va a parte de mi cuerpo) nunca descansa le he encontrado a tu historia una similitud con la vida.un saludo y enhorabuena por tu blog.
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Muy bueno, sí señor.JejejeUn abrazo.
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…caro les salió el “cursillo de cariñito y amorcito” que iba a dar. Menuda manera de pagarle…muy bueno Robert¡ Saludos
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Me ha gustado mucho tu blog, está muy interesante…Desde este momento te sigo para no perderme novedades en tu blog :)Te invito a visitar mi blog de diseños:http://andresizs.blogspot.com/(Te agradecería mucho si firmas mi libro de visitas, y me sigues, tal cual como yo lo he hecho con tu blog, solo si es tu deseo)Reitero mis felicitaciones por tu bello blog, me ha encantado…AZ
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Hola, Nela. ¡Ni pobrecito Oso, ni nada! Tanto cuchi cuchi daba dentera. Hala, los estómagos satisfechos de los zombis fueron los únicos que agradecieron su visita, jua jua.Un besote. 😛
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¡Hola, Despe! Encantado de tenerte nuevamente por Escritos. Me encanta el olor del perfume que dejas cuando te vas. ¿Es de cicuta nº1, verdad? Una maravilla, ja ja.La verdad es que con este veranillo cuesta más ponerse a escribir relatos todo el rato, y estoy aligerando un poco Escritos con mi otra faceta, el humor gráfico, siempre intentando no desentonar con la temática del blog.Un fuerte abrazo y nos seguimos viendo. Ciao. ;P
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Hola, Corazón Verde. Los corazones de caramelo, con las manzanas también de caramelo rojo son exquisitos. Uno es muy laminero, pero mis zombis odian todo lo dulce. Así que como se le ocurra a otro pedazo oso cursi visitarnos, me temo que seguirá el mismo camino del primero, je je.Un abrazo de los grandes. 🙂
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Hola, Nerea. No te apenes por el Oso. Recuerda que era todo bondad. Así que me imagino que murió feliz al ver que iba a acabar con el hambre de los zombis…Un saludete. ;P
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Hola, Camomila. Tengo que darte la bienvenida a Escritos. Siempre serás bien recibida, mientras no recurras al estilazo del Oso Amoroso Orondo. Porque los zombis siguen con cierto apetito…Me satisface que te haya hecho reír el relato gráfico. De eso se trataba… Si lo he conseguido, miel sobre hojuelas.Recibe un fuerte abrazo, y nos leemos, compañera bloguera. 😛
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Gracias, gracias, Dinosaurio. Los zombis opinan igual, ja ja.Un saludazo, y ten cuidado a la salida, no sea que pises con una de tus patazas a uno de mis empleados…:)
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Epa, Anrafera. Caro no le salió. ¡Si ni se enteró! Un ñam ñam por aquí, un ñaka ñaka por allí.En media hora escasa, ya estaba dentro de las tripitas flacas de los zombis…Un fuerte abrazo y que sigas disfrutando de las vacaciones.:P
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Hola AZstudio. Ya me he pasado por tu blog y es genial. Creas unas imágenes muy chulas a partir de las fotos originales.Gracias por la buena crítica hacia Escritos y nos seguimos visitando. Un saludo gordo. ;P
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gracias por la bienvenida, intentaré no ser buena para que no tengan que comerme los zombis jejeje, nos leemos, un besito
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Eso es, Camomila. Ya te estás quedando con la filosofía de Escritos. Te pones un disfraz llamativo de Halloween, y seguro que los zombis ya te considerarán de la casa, ja ja.Un saludote. 🙂
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realmente espantoso que pena el amoroso oso ja ja ja lo que sufre el pequeño oso bondadoso por el perfido y malvado Robert el malefico.
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