Bueno, nuestros métodos de entrenamiento eran de lo más secretos, hasta el día de ayer, en que se nos infiltró a traición un reportero zombi de la CNN de Pekín.
Cómo transformamos a un simple y vulgar peluche en un engendro monstruoso en menos de dos días de dura instrucción militar.
jajajajaja original como siempre!saludos
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…ja,ja,ja…durísima instrucción¡ Como para no aprender. Original pots, Robert. Saludos
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¡Un durisimo entrenamiento sin duda! Espero que de sus frutos.
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Hola, Despe. Ya ves, cosas que uno hace en la redacción de Escritos cuando no sale un relato, je je.Sin comentarios…Qué vergüenza. 🙂
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Hola, Anrafera. Bueno, los peluches no se quejan. Son unos tíos muy duros, estilo Rambo, pero con la barriga blanda, je je.Gracias por haberte atrevido a leer la terrible secuencia de la fotonovela, ja ja.;P
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Así es, Nerea. Snoopy El Flaco (lo diferencio del otro que tengo porque le falta el relleno) se cargó el otro día a un Oso Amoroso Orondo de esos. Ahora espero que haga lo propio con una de las tortugas ninja, ja ja.Un saludete. 😛
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Veo que sus métodos son durísimos, pero aún así mi koala psicótico quiere que le pregunte si puede ir a entrenarse en su campamento para convertir peluches en monstruos.
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Jajaja, me han encantado tus caras! Muy original 😉
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Señor Nocivo, su Koala Psicótico tiene plaza para el siguiente cursillo. Otra cosa es que logre sobrevivir al mismo, je je (risa diabólica).Sin comentarios. 😛
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Hola, Mar. Ya, es terrible que se me vea como soy al natural, aunque ya me estrené representando el guión del relato La Sacudida del Alma.En fin, mejor me oculto una temporada debajo de la cama, je je.
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