4 comentarios en “La comida basura llega a Escritos de Pesadilla. ¡Ñam! ¡Ñam!”
Entiendo perfectamente a Croqueta Andarina!!!Yo es que tambien soy un glotón incapaz de ignorar la nevera. Mis asaltos nocturnos al frigorífico son épicos… jejejeje
Las maquinas de vending son un mal vicio… no es de extrañar que Croqueta Andarina haya caido en el. Pero mira, ha tenido un efecto positivo… al menos, los zombia ya no devoran a la gente, sino palmeras de chocolate
¡Hola, Miguel YonacienelsigloXX!Decididamente, la comida sabrosa es el punto débil de nuestros estómagos, ja ja.En cuanto a Croqueta Andarina, ya le he dicho que como no dejer de comer y se ponga a dieta, le cambio el nombre por Albóndiga Regordeta, ja , ja.Un fuerte saludo, y la sonrisa pérfida de Escritos que te acompañe. 🙂
¡Hola, Nerea! Esas máquinas son obra del mismísimo demonio. Voy a tener que encerrar un mes a Croqueta en un calabozo a agua y pan para que pierda los michelines supérfluos… Brrr…Si no, adiós a la medalla olímpica.Con respecto a los zombis, los contraté a razón de cinco céntimos de euros mensuales para eso, para espantar al personal. ¡No me sirven gordos y lozanos!Un abrazo, Nerea. Y que la malvada sonrisa de Escritos te cause estupor. 🙂
Entiendo perfectamente a Croqueta Andarina!!!Yo es que tambien soy un glotón incapaz de ignorar la nevera. Mis asaltos nocturnos al frigorífico son épicos… jejejeje
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Las maquinas de vending son un mal vicio… no es de extrañar que Croqueta Andarina haya caido en el. Pero mira, ha tenido un efecto positivo… al menos, los zombia ya no devoran a la gente, sino palmeras de chocolate
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¡Hola, Miguel YonacienelsigloXX!Decididamente, la comida sabrosa es el punto débil de nuestros estómagos, ja ja.En cuanto a Croqueta Andarina, ya le he dicho que como no dejer de comer y se ponga a dieta, le cambio el nombre por Albóndiga Regordeta, ja , ja.Un fuerte saludo, y la sonrisa pérfida de Escritos que te acompañe. 🙂
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¡Hola, Nerea! Esas máquinas son obra del mismísimo demonio. Voy a tener que encerrar un mes a Croqueta en un calabozo a agua y pan para que pierda los michelines supérfluos… Brrr…Si no, adiós a la medalla olímpica.Con respecto a los zombis, los contraté a razón de cinco céntimos de euros mensuales para eso, para espantar al personal. ¡No me sirven gordos y lozanos!Un abrazo, Nerea. Y que la malvada sonrisa de Escritos te cause estupor. 🙂
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